29 de junio de 2008

Hackmaster: La misión de los piratas mercantes

Bueno, este es un relato de mi última partida de rol de Hackmaster. He intentado que refleje fielmente las chorradas acaecidas en la partida, y bueno, pues eso, es largo.

13.05 Zulú. Krigen, pueblo sin problemas, hasta ahora.

Por la calle embarrada del pueblo caminaban tres imponentes figuras. Al frente del grupo, Alastor Selkalirë, mago elfo aventurero que aprendió hace tiempo en confiar en un arco y una espada además de en su magia. Es conocido en el pueblo y respetado por todos. Si él dice algo de lo que normalmente dudarías su veracidad, eso va a misa hasta que se demuestre lo contrario. A su derecha camina una enorme masa de músculos de 2,4 metros de altura protegida por una armadura de cuero tachonado. Se llama Muustrul, es semi-ogro berserker y su profesión es matar. Puede que no sea un lince, pero a las órdenes del astuto Alastor y sus indicaciones, es un enemigo realmente mortal. A la izquierda de Alastor, revoloteando a la altura de su cabeza se encuentra Críptico, el hada-duende. La gente del pueblo ha aprendido a pasar de él.
En estos momentos se dirigen a la taberna. La gente se aparta de su camino, y los más pobres e indefensos los miran con terror.

-Hola chicos, ¿que puedo serviros? – dijo Willie el tabernero.
-Ponnos algo de comer y unas cervezas Willie, pero tenemos un problemilla, – susurró Alastor a su oído – hasta que no encontremos una misión en condiciones no podremos pagarte… sabes que nos es casi imposible encontrar misiones por esta zona.
-Hmm… bueno chicos, está bien, por esta vez os fiaré, pero que no se enteré nadie. No puede correr la voz de que fío a los clientes. Hago esto porque eres tú.
-Muchas gracias Willie.

Se sentaron en una mesa. Alastor apoyado en la pared, siempre vigilando la puerta. Es lo que tiene sentir un odio irracional a los humanos, aunque trates de disimularlo, nunca puedes perder esas costumbres paranoicas. Muustrul se sentó en el suelo para no romper ningún taburete más y bebió su cerveza de un trago. Mientras Willie les servía unas fuentes con carne asada una misteriosa figura atravesó la puerta. Todas las miradas se centraron en dicha figura.
-¿Gorila? – murmuró Muustrul.
En efecto, se trataba de un gorila con sombrero y pantalones bombachos… eso descartaba definitivamente que se pudiera tratar de Donkey Kong. Alastor, curioso por la situación, se levantó e hizo un gesto al gorila para que fuera a sentarse y a compartir la comida con ellos. El gorila se acercó y agradeció profundamente el gesto, pero se negó a contestar a las preguntas de Alastor, ávido de información. Tras unos últimos desesperados intentos de obtener una respuesta, el gorila se disculpó y marchó, una vez consumidos los platos. Críptico voló hasta la puerta, dispuesto a seguir al gorila, pero este ya había desaparecido. Sin embargo, otra cosa llamó su atención, y aviso a Alastor de que debería contemplar aquello.
Salieron de la taberna, y contemplaron atónitos un barco volador situado sobre la plaza del pueblo flotando unos metros por encima de las casas. En la mente de Alastor no cabía el concepto de que un barco pudiese volar. En la mente de Muustrul no cabía el concepto de barco. Se dirigieron curiosos hacia la plaza, acompañados de una abrumadora multitud. Estuvieron contemplando un rato el maravilloso barco, y mientras Críptico vaciaba los bolsillos de los amables contribuyentes, un tendero informó a Alastor y Muustrul de que se trataba de los famosos piratas mercantes, que pasaban por el pueblo una vez al año para vender sus productos exóticos. Todo el mundo subía al barco a comprar algo, y la plaza estaba repleta de gente, desde familias humildes y campesinos, a ricos y poderosos comerciantes. En apenas una hora, la plaza estaba ya semidesierta y Críptico había recaudado un cuantioso botín. Procedieron a subir al barco, y allí conocieron a su capitán. Alastor hizo un gesto significativo a Muustrul como diciendo: “tu atrás, eres un asesino en potencia”. Alastor era un experto en el arte de fardar.

-Saludos, aventureros, soy Esopo, capitán de este barco.
-Encantado, caballero, yo soy Alastor, y estos son mis compañeros Muustrul y Críptico. Nos gustaría saber que clase de mercancía tiene aquí, y de paso saber si es posible que tenga alguna misión para nosotros.
-Oh, nosotros comerciamos con toda clase de productos y útiles, pero a unos aventureros como vosotros os interesarán más armas u objetos mágicos. Eso sí, están sin identificar.
-¿No es un poco arriesgado adquirir objetos que no sabes que hacen?
-Si, pero es mejor eso y que consigas un objeto realmente poderoso por un precio módico, si tienes esa suerte, a tener que adquirir dicho objeto por un valor desorbitado.
-Algo de razón tienes… y en cuanto a esa misión…
-Ah, si, ahora que lo mencionas, necesitamos que alguien vaya a recoger un producto.
-¿De qué se trata?
-Necesitamos… MUÉRDAGO! (chan chan chaaaan)… del BOSQUE PROHIBIDO! (chan chan chaaannn)… y necesitamos un saco… de 5 KILOS! (chan chan chaaaaannn).
-Hmmm… ¿vale? ¿Y que remuneración obtendremos por esta misión que nos has encomendado?
-Os pagaré en metálico, y además os daré este simpático sombrero pirata mágico.
Esopo mostró al grupo un sombrero no tan extravagante como el que él mismo llevaba puesto, pero que parecía destinado a llamar la atención.
-De acuerdo, trato hecho.

Abandonaron el barco y decidieron acercarse al molino del pueblo, dado que Alastor se dio cuenta de que ninguno tenían ni puta idea de cómo era el muérdago ni de cómo obtenerlo. Allí preguntaron a un campesino cuanto ganaba al año. Les contesto que eso era algo personal, pero se replanteó la respuesta cuando se fijo en que Muustrul crujía sus dedos mirándole por encima. Confesó ganar 2 monedas de oro al año, lo cual provocó el descojone automático de nuestros protagonistas en su cara. Le ofrecieron más dinero del que podría contar con las manos a cambio de que les acompañase a recoger y cargar con el muérdago. Lástima para el campesino que con las manos sólo se puede contar hasta diez, y que en el trato no se especificó la naturaleza de las monedas, el cobre sigue siendo moneda legal.

Tras esto se dirigieron con celeridad al Bosque Prohibido, rebautizado por las autoridades ecológicas como Bosque Verde. Sólo tenían hasta esa noche para entregar el pedido, pues el barco de Esopo zarparía a última hora de la noche. No habían avanzado ni cincuenta metros desde la linde del bosque cuando de repente se cruzó en medio de la senda un conejo blanco. El grupo se puso en alerta inmediatamente, porque últimamente corrían rumores sobre el peligroso conejo asesino de la Cueva de Aaargh, que llego a poner en jaque a los valientes caballeros de Arturo, Rey de los Bretones. Nuestros “héroes” no oyeron el final de la historia y cómo el conejo fue derrotado mediante la Santa Granada de Antioquia, así que se lanzaron al ataque contra el conejo antes de que pudiera reaccionar, y éste quedo partido en dos por la enorme hacha doble de Muustrul. Siguieron avanzando por el sendero del bosque, mientras el campesino iba parándose a recoger muérdago de las copas de algunos árboles, cuando de pronto, un zorro apareció en el camino. Nuestros amigos, realmente aficionados a las historias fantásticas, también habían oído hablar del Kyuubi, el gran zorro de nueve colas, believe it, y tal. Atacaron al zorro, que no dudó en defenderse, pero no le sirvió de nada y pronto formaba parte del sangriento inventario del equipo. Sin embargo, esta pelea y un casual alineamiento de los planetas y las estrellas provocó que tres manadas diferentes de zorros, sumando un total de diez zorros, se reunieran en el lugar (porque el master NO se había equivocado, contraviniendo los conocimientos básicos sobre la vida social de los zorros e incluso las reglas de Hackmaster, que establecen que aparecerán 4 zorros como máximo a la vez, repito, NO se equivocó y creó una manada de diez zorros, QUE VA.). Los zorros rápidamente rodearon al grupo y atacaron sin piedad ante la pérdida de su congénere. Muustrul intentó mantener alejados a los zorros, pero eran demasiados y muy rápidos, y acabo con 4 zorros mordiéndole en diferentes zonas. Alastor combatía otros dos, Críptico esquivaba con facilidad los ataques de otros tres y el pobre campesino forcejeaba con un único zorro. Mientras Muustrul contenía a todos los zorros que podía, el grupo concentró sus ataques en unos zorros concretos para abrir camino hacia una pequeña laguna que había en el claro cercano al lugar de combate. En cuanto el hueco quedó abierto Críptico revoloteó por encima del combate cobardemente mientras Alastor guiaba al campesino fuera de aquél infierno. Muustrul, que había entrado en Furia, seguía combatiendo desesperadamente contra la marea de zorros, que empezaron a atacarse mutuamente entre ellos disputándose a la víctima. Alastor mientras tanto había usado un hechizo para trepar a un árbol alto y disparar a los zorros desde allí con su arco. Los zorros fueron cayendo uno a uno. El combate había terminado sin graves pérdidas, pero Muustrul estaba gravemente herido y su armadura hecha pedazos. El campesino, cuando consiguió alejarse de la refriega, siguió recolectando muérdago para poder marcharse de allí lo antes posible, de forma que el saco ya estaba lleno. El grupo recogió todos los cadáveres de zorro para intentar vender las pieles posteriormente y regresaron al pueblo.

Allí se despidieron del campesino haciéndole entrega de su miserable paga y pusieron rumbo a la plaza. Subieron al barco y entablaron conversación con Esopo de nuevo.

-¡Dios mío! Estáis hechos polvo… pero al menos seguís vivos y veo que habéis llenado el saco con muérdago hasta los topes. – comentó asombrado el capitán Esopo.
-En efecto – respondió Alastor - no sabes por todo lo que hemos tenido que pasar para obtener este muérdago. Hemos luchado contra hordas de terribles enemigos, mira al pobre Muustrul, ¡está agotado! Por cierto, antes de cobrar la recompensa por la misión, ¿cuánto nos das por las pieles de estos zorros?
-Oh, ¿eso son zorros come-hombres? Dicen que son peligrosísimos, os habrá costado matarlos.
-Bah, fueron un paseo en comparación con lo que tuvimos que enfrentarnos más tarde. Muustrul se encargó sin problemas de todos ellos.
-¿De verdad? Es extraño, había oído hablar que los zorros come-hombres son mascotas habituales entre los ogros y semi-ogros.
-¡Gñ! Yo no saber de que estás hablando, en mi familia aborrecer bichejos raros.
-Vaya, debe ser que he viajado poco… sólo he estado en 8 continentes, pero bueno, volviendo al tema, os doy 1 de oro por las pieles.
-¿Qué? Ja, lo siento pero no, nuestras fuentes nos han informado que esto vale como mínimo 5 monedas de oro.
-Hm, está bien, aquí tenéis, y tomad, el sombrero mágico que os prometí por la misión. Ahora por favor, abandonad el barco, tenemos que despegar y partir hacia nuevos horizontes.

Y así es como nuestro grupo de “héroes” terminó su aventura, pero muchas más les esperan todavía, y a partir de ahora, un elegante sombrero pirata adornará la cabeza de Alastor.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja, que bueno.

Lo de "En la mente de Muustrul no cabía el concepto de barco." es genial.


Y me alegro de que quedara claro lo de que yo, el máster, no me equivocara, sino que fue una casualidad de esas que pasan cada no mucho tiempo. Hay que reconocerlo, en ocasiones, tres y hasta cuatro manadas de zorros llegan casualmente al mismo lugar. En fin... he mirado el diccionario y ni siquiera eran zorros, sino hurones, pero supongo que da lo mismo.

La Marquesa dijo...

"En efecto, se trataba de un gorila con sombrero y pantalones bombachos… eso descartaba definitivamente que se pudiera tratar de Donkey Kong."

"Le ofrecieron más dinero del que podría contar con las manos a cambio de que les acompañase a recoger y cargar con el muérdago. Lástima para el campesino que con las manos sólo se puede contar hasta diez, y que en el trato no se especificó la naturaleza de las monedas, el cobre sigue siendo moneda legal."

Lo de Donkey Kong ha sido una agudeza muy buena, pero qué cabrones con el pobre campesino, no? XD Yo pensaba que eso sólo lo hacía la Iglesia !

Pablers dijo...

Debo suponer que el hada es Arturo, tiene una conjunción de beneficios y defectos meticulosamente seleccionada y al pobre para variar no le hacéis caso.
De los otros, Diego, no me acuerdo cómo juegas pero apostaré por el ogro, y Marcos, ídem, el elfo, aunque extraño lo de la magia, siendo lo más divertido de hackmáster.
Si queréis seguir jugando cuando vaya yo ya me cogeré a un tira bolas de fuego

Nurichigo dijo...

por cierto ¿que es un barco?
XDDDDDD
nooooo es broma
ha estado muy gracioso pedazos de paranoias k os montais vosotros solicos......